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Lavado corporal excesivo, pH de piel y jabones: relación con el Sistema Inmune


por Farm. Silvia Esper (Córdoba, Argentina)

Algunos estudios realizados en los últimos años han sugerido que el exceso de protección contra los microbios, la limpieza obsesiva y el aislamiento contra las posibles fuentes de infección pueden ser perjudiciales en los niños pequeños porque podría predisponer más tarde a enfermedades alérgicas como asma, alergia a los alimentos, urticarias y otras de origen inmunológico.
La excesiva protección contra agentes externos impide una respuesta adecuada del Sistema Inmune para luchar contra alérgenos, virus, bacterias, productos químicos, alimentos, etc.
La higiene tanto en niños como en adultos debe ser adecuada, suficiente, no obsesiva, y usando el jabón indicado para cada necesidad.

El pH de la piel

El pH es una medida de acidez o alcalinidad que se mide en una escala de 1 a 14, siendo 7 el pH neutro, por encima de 7 aumenta la alcalinidad y por debajo de 7 aumenta la acidez.
Los jabones para el aseo diario tienen que ser compatibles con el pH de la piel y de la zona genital.
La piel es ligeramente ácida, tiene pH 5, posee un manto ácido que es la principal barrera de defensa de nuestro organismo.
La vagina posee un pH más ácido, alrededor de 4.
Las infecciones micóticas, bacterianas y parasitarias de piel y zona vulvo-vaginal necesitan un pH entre 5,5 y 8,5 para desarrollarse, por lo que es indispensable mantener en óptimas condiciones el manto ácido de la piel y la flora vaginal ácida para no darle a los microorganismos las condiciones que favorecen su desarrollo.

El pH de los jabones y su uso adecuado

Todos los jabones se fabrican a partir de materias primas que dan un producto alcalino y se los modifica para variar su acidez, por lo que hay en el mercado una gran variedad de jabones con distintos componentes y grados de acidez.
Las tiras reactivas para medir pH varían de color desde rojo (extrema acidez) hasta verde oscuro azulado (extrema alcalinidad), pasando por distintas tonalidades de naranja, amarillo y verde.
El jabón blanco común para lavar la ropa posee un pH mucho más alcalino que el de la piel, aproximadamente 8-9, por lo que es desacertado que muchas veces se recomiende la higiene con jabón blanco. Es indicado para lavar ropa, no la piel, no tiene las modificaciones adecuadas y posee aditivos agresivos como blanqueadores y enzimas.
Los jabones de tocador más económicos también poseen un pH alcalino, como los de lavar ropa, pero contienen aceites que lubrican la piel y minimizan el contacto agresivo del jabón.
Un jabón de tocador económico o un antibacterial pueden usarse para la higiene de manos, que están más expuestas al contacto con microorganismos y es una piel más gruesa y resistente, pero no para bañarse diariamente.
El baño con jabón antibacterial se limita a cuando la persona está expuesta realmente a contaminación, como por ejemplo el personal de salud durante la reciente pandemia de gripe, pero no para un uso metódico en la higiene diaria porque barre con microorganismos benéficos.
Los jabones neutros de glicerina poseen un pH entre 6 y 7.
Los jabones de tocador de mejor calidad tienen pH entre 5 y 6, y están adicionados con emolientes (glicerina, aceite de coco, de almendras, de palta, avena, etc) que forman una película sobre la piel que retiene la humedad y evita la deshidratación. Son los indicados para el baño diario.
Los jabones para la higiene íntima tienen pH 4, respetan la acidez vaginal y preservan su flora benéfica.

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